En Tribu sabemos que el camino de la maternidad puede ser desafiante, especialmente cuando sentimos que "algo más" está sucediendo con nosotras o con nuestras hijas e hijos. La neurodivergencia, un tema que engloba desde altas capacidades hasta condiciones como TDAH o TEA, puede influir profundamente en cómo vivimos la maternidad.
¿Qué es la neurodivergencia?
La neurodivergencia se refiere a los cerebros que funcionan de manera distinta al promedio. No es sinónimo de "problema", sino de diversidad. Personas neurodivergentes pueden experimentar el mundo de manera diferente debido a características específicas en su desarrollo neurológico, químico o estructural.
Es común que las mamás descubran su propia neurodivergencia al acompañar a sus peques en procesos de diagnóstico. Este reconocimiento puede traer claridad, pero también cuestionamientos profundos sobre cómo abordar la crianza y la vida diaria.
Maternidad y neurodivergencia: un reto y una oportunidad
Ser mamá ya implica un gran esfuerzo físico y emocional, pero cuando sumamos características neurodivergentes, la experiencia puede intensificarse. Imagina lidiar con una alta sensibilidad emocional mientras tus hijas e hijos demandan atención constante o intentar comprender las necesidades únicas de un hijo neurodivergente cuando tú misma apenas estás empezando a entender las tuyas.
Lo que muchas veces se presenta como "caos" en la crianza puede ser el resultado de la falta de información y herramientas. Desde Tribu queremos decirte: no estás sola, y hay formas de navegar estos desafíos con empatía y conciencia.
La clave está en el autoconocimiento
Antes de ayudar a tus hijas e hijos, es fundamental reconocer tus propias características, tus necesidades y tus límites. Algunas preguntas para reflexionar:
- ¿Sientes que tus emociones son más intensas o duraderas que las de otras personas?
- ¿Te abruman estímulos como el ruido o las multitudes?
- ¿Reconoces patrones en tus hijos que te reflejan a ti misma?
El autoconocimiento es el primer paso para sanar, gestionar nuestras emociones y comprender a nuestros hijos desde un lugar de conexión genuina.
Conexión antes que corrección
Una de las principales premisas en la crianza positiva es: primero conexión, luego corrección. Para las mamás neurodivergentes, esto significa un doble esfuerzo, ya que a menudo enfrentan dificultades propias de sus diferencias neurológicas mientras intentan conectar con sus hijas e hijos.
Por eso, en Tribu proponemos:
- Conocerte a ti misma. Entender cómo funciona tu cerebro y qué necesitas para estar bien.
- Validar tus emociones. Es válido pedir un momento de silencio o expresar cómo te sientes.
- Construir una relación empática. Comunica tus emociones a tus hijas e hijos para abrir un canal de confianza mutua.
Apóyate en una comunidad sensible
La crianza no tiene que ser una experiencia solitaria. Formar parte de una comunidad que te escuche, te entienda y te apoye puede marcar la diferencia. En Tribu, creemos que compartir experiencias es un acto sanador.
Recuerda, en Tribu estamos aquí para acompañarte en este camino único y maravilloso.
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