La maternidad es una de las labores más importantes y exigentes que existen. Las madres (al igual que los padres), tienen una responsabilidad fundamental en la crianza y el bienestar de sus hijos. Sin embargo, rara vez se habla de lo que las personas que crían necesitan: ¿quién cuida a quienes cuidamos? ¿Merecemos ser cuidadas? Estas preguntas a menudo pasan desapercibidas, pero son esenciales para reflexionar sobre el autocuidado en la maternidad.
Hablemos sobre el agotamiento, las exigencias externas y las autoexigencias que pueden llevarnos al desgaste emocional y físico. La maternidad no es solo amor y ternura; también está llena de desafíos, emociones intensas y decisiones. Aceptar que la crianza es, a veces, agotadora es un paso clave hacia el bienestar propio. La maternidad es una tarea compleja que puede sentirse como un maratón cuando no nos damos tiempo para descansar y cuidarnos.
La Maternidad y el Agotamiento: Un Desgaste Invisible
En muchas ocasiones, la maternidad se romantiza. Se nos presenta como un viaje lleno de felicidad, pero la realidad es que también está llena de agotamiento, estrés y cambios emocionales. Las madres cargamos con la responsabilidad de estar disponibles emocionalmente para crear vínculos saludables con nuestros hijos, lo que genera una gran carga física, mental y emocional.
Las demandas sociales y familiares nos presionan a ser "supermamás", lo que significa que debemos estar a la altura de expectativas irreales. Sin embargo, esto es un mito. La perfección no existe y perseguirla solo lleva al agotamiento. Además, nuestras hijas e hijos nos ven todo el tiempo y, al intentar cumplir con estos estándares inalcanzables, les enseñamos a vivir bajo una constante presión.
El "Plato de la Mente Sana" y el Autocuidado
Daniel Siegel y David Rock han desarrollado un recurso llamado Plato de la Mente Sana, que propone siete actividades mentales esenciales para mantener un cerebro equilibrado y saludable. Al igual que una dieta balanceada para nuestro cuerpo, nuestra mente también necesita "nutrientes" para funcionar correctamente. Estas son las siete actividades que podríamos incorporar en nuestra vida diaria para mantenernos saludables emocionalmente:
- Tiempo de concentración: Dedica momentos a actividades que requieran atención plena, como leer o resolver problemas.
- Tiempo de juego: Jugar, tanto con nuestros hijos como de manera personal, por ejemplo teniendo hobbies, nos ayuda a liberar estrés y aumentar la creatividad.
- Tiempo de relación: Establecer vínculos significativos con otros, ya sea con la pareja, amigos o familiares.
- Tiempo de inactividad: Tener momentos de descanso para procesar emociones y reducir el estrés.
- Tiempo de sueño: Dormir lo necesario es fundamental para nuestra salud mental y emocional.
- Tiempo de ejercicio: Realizar actividad física de forma regular mejora la circulación y la función cerebral.
- Tiempo de interiorización: Reflexionar, meditar o simplemente desconectar nos ayuda a mantenernos conectados con nosotros mismos.
¿Cómo Integrar el Autocuidado en la Maternidad?
Es esencial reconocer que la maternidad no puede ser llevada a cabo en solitario. Es un trabajo colectivo, y necesitamos redes de apoyo que nos ayuden a cuidar de nosotras mismas. Si no nos cuidamos, no podemos cuidar adecuadamente a nuestras hijas e hijos. La clave está en encontrar un equilibrio.
Puedes incorporar estas prácticas en tu vida de manera gradual:
- Tiempo de concentración: Lee un libro, escucha música relajante o disfruta de actividades que te desafíen intelectualmente.
- Tiempo de juego: Juega con tus hijos, pero también dedica tiempo para ti misma, ya sea haciendo manualidades o disfrutando de una película.
- Tiempo de relación: Organiza encuentros con amigas o familiares para compartir experiencias y fortalecer tu red de apoyo.
- Tiempo de inactividad: Establece momentos en los que no tengas que hacer nada: siesta o descanso total sin ninguna responsabilidad.
- Tiempo de sueño: Prioriza el descanso. Si es posible, trata de dormir a la misma hora todas las noches.
- Tiempo de ejercicio: Sal a caminar, haz yoga o cualquier actividad que te permita liberar tensiones.
- Tiempo de interiorización: Practica meditación o escribe en un diario para procesar emociones y pensamientos.
Reconociendo la Necesidad de Cuidarse
Como te he mencionado, el agotamiento que sentimos muchas madres proviene de la sobrecarga emocional y mental. Vivir con la idea de ser "la mejor mamá" o la "supermamá" solo contribuye a aumentar la presión. La perfección es inalcanzable, y cuando las madres intentan cumplir con estas expectativas, a menudo se olvidan de sus propias necesidades.
El agotamiento también se ve reflejado en la culpa, ya sea por trabajar fuera de casa o por no tener suficiente tiempo para estar con los hijos. Sin embargo, tanto las mamás que trabajan en casa como fuera de casa se enfrentan a los mismos retos: la culpa y el agotamiento. Ninguna de estas maternidades es fácil, y ambas necesitan ser apoyadas por una red de cuidado y solidaridad.
El Desgaste Invisible: El Cuidado de la "Jarra" Emocional
Imagínate que eres una jarra llena de agua. Esta agua representa la energía emocional, física, mental, espiritual y social que ofreces cada día. Cada vez que algo te desgasta, como una noche sin dormir o una discusión con tu hijo, estás derramando un poquito de esa agua. Al final del día, esa jarra se vacía, y te quedas sin energía para seguir adelante.
El autocuidado es esencial para volver a llenar esa jarra. Dedicar tiempo a ti misma no es egoísta, es necesario para mantener un equilibrio emocional. Solo así podrás ser una mejor madre, pareja y amiga. Acepta que la maternidad es una dualidad: momentos. Es importante que te des permiso para cuidar de ti misma.
La Co-Responsabilidad en la Crianza
La crianza no debería ser una tarea en solitario. Es necesario visibilizar la carga emocional y física que implica la maternidad, y reconocer que las madres necesitamos cuidados. No somos supermamás ni superpapás, somos humanos con limitaciones, y está bien reconocerlo.
El autocuidado es vital para nuestro bienestar y el de nuestras infancias. Recuerda que la maternidad es un trabajo colectivo, y toda la sociedad debemos contribuir. Cuidarte no solo es una necesidad personal, sino una forma de enseñar a tus hijas e hijos el valor de cuidar de sí mismxs y de los demás.